jueves, 2 de noviembre de 2023

Por qué España se vacía - VisualEconomik

 

 

 

 

 

¿Contribuye la vuelta a la casa del pueblo en verano a reducir la segregación social?

 

Resumen de un hilo de X de Jose Ariza de la Cruz

1. En ocasiones, volver al lugar de origen familiar en vacaciones hace que nos relacionemos con personas de otros lugares y de diferente renta. Breve análisis sobre la segregación en verano.


2. "Ir al pueblo" es un elemento básico de la cultura popular Es regresar al origen de la familia, lugar de reencuentro con tías, primos, abuelas y amistades. Esto ya lo relata de forma magistral Arturo Barea sobre su niñez al comienzo del siglo XX en su libro "La forja de un rebelde".

3. Sin embargo, "ir al pueblo" se generalizó bien entrada la segunda mitad del siglo XX El éxodo rural alejó a mucha gente de su lugar de origen, dejando muchos pueblos vacíos durante el invierno Pero en verano, especialmente en las fiestas, muchas personas regresan.
 

 
4. Claro, se llenan de personas que viven en ciudades distintas y han tenido trayectorias económicas diferentes El pueblo como elemento común, con un tejido urbano muy propicio para la interacción social. Caminables y con una plaza principal en la que se hacen las celebraciones.
 
5. La mayoría de personas veranean en lugares con la misma renta que donde viven, también hay gente que no se va de vacaciones o lo hace en otras fechas. (La metodología usada es: divido en 4 las zonas de origen de la población en función de renta. Veo como se distribuye esa renta en la zona de destino de la gente en agosto de 2021. Para calcular el nivel de segregación hago una desviación estándar ponderando los extremos).
 

6.
En definitiva, el verano reproduce las dinámicas de segregación del invierno Sin embargo, hay sitios donde se rompen estas lógicas y se produce una gran interacción entre personas de distinto origen geográfico y socioeconómico. Es un gran reflejo de la historia de nuestro país.
 
 
 
 
 

Más viviendas que habitantes

 

En España hay muchos pueblos que tienen más viviendas que habitantes. Esto sucede en 3.702 municipios de los 8.131 que hay en todo el país, casi la mitad.


 

 




miércoles, 1 de noviembre de 2023

«El teletrabajo ha abierto una ventana de oportunidad para la España vacía»

 
 
[...]

La vida en los pueblos ha cambiado mucho, señala Julia. Hace unas décadas los habitantes tenían los alimentos en la propia casa. Se abastecían de lo que producían. “Hoy, los que seguimos en la tierra, nos planteamos la producción como un modo de vida, como un negocio con el que salir adelante”, explica.

El punto que ha marcado que las nuevas generaciones hayan abandonado los pueblos, en parte, según argumenta Julia, viene por la falta de oportunidades de trabajo. “Está claro que si una persona estudia química, la posibilidad de quedarse en el pueblo son mínimas si quiere ejercer en lo que se ha preparado”.

Para conseguir fijar población en las zonas rurales, Julia señala que más allá de las trabas administrativas en el sector primario, “el teletrabajo ha abierto una ventana de oportunidad para mucha gente en la España vacía. En Torres tenemos algún ejemplo de personas que vinieron con la pandemia, arreglaron una casa y ya llevan tres inviernos aquí aunque su centro de trabajo esté en Madrid o en Barcelona”.

Julia, a pesar de su juventud, está independizada de sus padres desde hace año y medio. Se compró una casa y mira el futuro con el paisaje del campo y el ganado como horizonte. “Me gusta pensar que este es el lugar donde vivir y donde estar. Me gustaría que si algún día tengo hijos sigan la tradición y continúen con la ganadería”.

Para una persona joven como Julia vivir en un pueblo no significa renunciar a tus momentos de ocio como el de cualquier otra persona de su edad. “Hay dos visiones respecto a la vida en los pueblos. Una parte de la gente identifica el venir aquí como estar de veraneo y piensan que los que vivimos aquí estamos de vacaciones”, comenta. “Aquí hay mucho trabajo, pero también por suerte, hay muchas iniciativas culturales en la zona. Si lo ponemos en una balanza, al final no es tan diferente a vivir en una ciudad. Yo puedo ir al gimnasio y quedar con mis amigos a tomar algo. No en Torres, pero a muy pocos kilómetros hay poblaciones como Grau, con tres mil habitantes, donde poder hacer casi lo mismo que en una gran ciudad”.

Contado, así, parece que Julia se pasa el día en el coche, pero señala que las distancias en su comarca son mucho más pequeñas que las que tienen en Madrid. “Cuando estuve haciendo voluntariado dos meses en Brasilia, la ciudad más nueva del mundo, tardaba una hora para poder ver a mis amigos”. Para ella, desde Torres, todo está a cinco minutos “y eso es calidad de vida”, sentencia.