La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha presentado hoy el Perfil Ambiental de España (PAE) 2020, una foto de situación sobre las principales variables que determinan la salud ambiental de nuestro país. Este informe elaborado por el MITECO analiza -desde su primera edición en 2004- la calidad del aire, el suelo y las aguas; el estado de las costas y el medio marino y terrestre; o la salud de nuestros bosques y ecosistemas protegidos, entre otros.
Si el PAE 2019 empezó a incorporar indicadores sociales vinculados a cohesión territorial y despoblación, este año “Reto Demográfico y sociedad” adquiere mayor entidad con un capítulo específico que profundiza el análisis de las problemáticas en la España interior e identifica potenciales sinergias con el impulso de la transición ecológica.
El análisis en torno al reto demográfico desvela que la densidad media de población en España es de 93 habitantes por km2. Las zonas rurales representan el 73% de la superficie del país y en ellas habitan 6 millones de personas (13% población). Además, en la última década (2011-2020) el 77% de los municipios han perdido población y el 58% de los municipios con gran superficie forestal está en riesgo demográfico.
“Revertir estas tendencias que laminan la cohesión territorial y social es el objetivo primordial del paquete de medidas de choque desplegadas por el Gobierno desde 2018 en el ámbito de Reto Demográfico: la Estrategia Nacional frente al Reto Demográfico y el Plan de 130 medidas frente al reto demográfico, alineadas con el PRTR y con el impulso de la transición ecológica y digital”, ha señalado la vicepresidenta Teresa Ribera.
Sobre emisiones y calidad del aire, cabe destacar que en 2019 las emisiones brutas de gases de efecto invernadero (GEI) se redujeron en un 5,6% respecto al año anterior (en 2020, el descenso estimado fue del 13,7%: por primera vez inferiores a 1990). Los datos muestran una reducción en 2020 de las concentraciones medias de casi todos los contaminantes atmosféricos: NO2, SO2, PM2.5 y O3 (que aunque descendió en un 6,3% en 2020 no llegó a “nivel bajo”). Las mejoras constatadas temporalmente en grandes ciudades españolas se relacionan con las medidas de contención del Covid-19.
En materia de energía y clima, en 2019 el consumo de energía primaria se redujo un 3,1% y la demanda energética un 0,7% (debido a descenso de demanda de electricidad y gas natural). Por su parte, la intensidad energética se ha reducido por encima del 12% en la serie 2010 a 2019, un dato que constata un avance en la eficiencia energética de nuestro país: según el indicador de consumo de energía primaria, se cumple con el objetivo para 2019 del Plan de Acción de Eficiencia Energética.
Además, el porcentaje de energía procedente de fuentes renovables alcanzó el 18,4% en 2019, manteniendo la tendencia ascendente desde 2004 hacia el objetivo del 20% en 2020. La contribución de renovables a la generación eléctrica alcanzó en 2020 un máximo histórico con una cuota de 44%.
En lo que respecta a medio natural, España cumple con las metas de Aichi del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) para 2020, con un 12.3% de superficie marina protegida y un 36.2% de la terrestre.
A pesar de datos positivos en cuanto a salud de los bosques (78% de árboles sanos y tendencia decreciente del número de incendios desde 2010), preocupa también el avance de procesos de erosión del suelo en España: en 2020 el 29% del suelo erosionable ya sufre procesos “medios/altos” y más del 70% “moderados”. El MITECO presentará en los primeros meses de 2022 las Líneas Directrices de una Estrategia nacional contra la desertificación.
En relación a las aguas continentales, la reserva peninsular del año hidrológico 2019-2020 fue inferior a la de los últimos diez y cinco años, con una capacidad hidráulica total de 55.622 hm3 (75% en la vertiente atlántica y 25% en la mediterránea). Los datos son indicativos de la asimetría en la distribución del recurso hídrico y de la creciente tendencia a su escasez. Un contexto que subraya la relevancia para España de otros indicadores como los referidos a la gestión de la demanda, a la circularidad en el uso del recurso y a la calidad de las aguas continentales.
Ver informe PAE 2020 completo
Si el PAE 2019 empezó a incorporar indicadores sociales vinculados a cohesión territorial y despoblación, este año “Reto Demográfico y sociedad” adquiere mayor entidad con un capítulo específico que profundiza el análisis de las problemáticas en la España interior e identifica potenciales sinergias con el impulso de la transición ecológica.
El análisis en torno al reto demográfico desvela que la densidad media de población en España es de 93 habitantes por km2. Las zonas rurales representan el 73% de la superficie del país y en ellas habitan 6 millones de personas (13% población). Además, en la última década (2011-2020) el 77% de los municipios han perdido población y el 58% de los municipios con gran superficie forestal está en riesgo demográfico.
“Revertir estas tendencias que laminan la cohesión territorial y social es el objetivo primordial del paquete de medidas de choque desplegadas por el Gobierno desde 2018 en el ámbito de Reto Demográfico: la Estrategia Nacional frente al Reto Demográfico y el Plan de 130 medidas frente al reto demográfico, alineadas con el PRTR y con el impulso de la transición ecológica y digital”, ha señalado la vicepresidenta Teresa Ribera.
Sobre emisiones y calidad del aire, cabe destacar que en 2019 las emisiones brutas de gases de efecto invernadero (GEI) se redujeron en un 5,6% respecto al año anterior (en 2020, el descenso estimado fue del 13,7%: por primera vez inferiores a 1990). Los datos muestran una reducción en 2020 de las concentraciones medias de casi todos los contaminantes atmosféricos: NO2, SO2, PM2.5 y O3 (que aunque descendió en un 6,3% en 2020 no llegó a “nivel bajo”). Las mejoras constatadas temporalmente en grandes ciudades españolas se relacionan con las medidas de contención del Covid-19.
En materia de energía y clima, en 2019 el consumo de energía primaria se redujo un 3,1% y la demanda energética un 0,7% (debido a descenso de demanda de electricidad y gas natural). Por su parte, la intensidad energética se ha reducido por encima del 12% en la serie 2010 a 2019, un dato que constata un avance en la eficiencia energética de nuestro país: según el indicador de consumo de energía primaria, se cumple con el objetivo para 2019 del Plan de Acción de Eficiencia Energética.
Además, el porcentaje de energía procedente de fuentes renovables alcanzó el 18,4% en 2019, manteniendo la tendencia ascendente desde 2004 hacia el objetivo del 20% en 2020. La contribución de renovables a la generación eléctrica alcanzó en 2020 un máximo histórico con una cuota de 44%.
En lo que respecta a medio natural, España cumple con las metas de Aichi del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) para 2020, con un 12.3% de superficie marina protegida y un 36.2% de la terrestre.
A pesar de datos positivos en cuanto a salud de los bosques (78% de árboles sanos y tendencia decreciente del número de incendios desde 2010), preocupa también el avance de procesos de erosión del suelo en España: en 2020 el 29% del suelo erosionable ya sufre procesos “medios/altos” y más del 70% “moderados”. El MITECO presentará en los primeros meses de 2022 las Líneas Directrices de una Estrategia nacional contra la desertificación.
En relación a las aguas continentales, la reserva peninsular del año hidrológico 2019-2020 fue inferior a la de los últimos diez y cinco años, con una capacidad hidráulica total de 55.622 hm3 (75% en la vertiente atlántica y 25% en la mediterránea). Los datos son indicativos de la asimetría en la distribución del recurso hídrico y de la creciente tendencia a su escasez. Un contexto que subraya la relevancia para España de otros indicadores como los referidos a la gestión de la demanda, a la circularidad en el uso del recurso y a la calidad de las aguas continentales.
Ver informe PAE 2020 completo