viernes, 29 de julio de 2022

El abandono rural, causa principal de los incendios en España, según los expertos

 
El éxodo rural masivo vivido desde mediados del siglo XX es la principal causa de los devastadores incendios que asolan España, según los expertos, que consideran un error centrar los esfuerzos en la extinción en lugar de en la prevención.

El abandono de la actividad rural ha conllevado que los campos hayan sido colonizados por unos bosques que han crecido sin control ni mantenimiento y sobre los que, en muchos casos, no se puede actuar porque están en áreas protegidas, como los parques nacionales o naturales.

"Fuego va a haber siempre y cuantos más árboles tengamos, más riesgo habrá. El abandono del campo por falta de rentabilidad ha hecho que se recuperen muchos bosques", según el presidente de la organización de certificación forestal PEFC-Internacional y decano del Colegio de Ingenieros de Montes, Eduardo Rojas.

En su opinión, pretender que no haya incendios "no es realista" y achacarlos en exclusiva al cambio climático supone no querer ver la realidad, pues, por su clima, España sufre de manera recurrente olas de calor y periodos de sequía. "El cambio climático es un acelerador, pero no es la causa", ha aseverado.

La mayoría de los incendios se están registrando en el interior, en zonas donde hay mucho pasto abandonado, que arde a gran velocidad porque está muy seco por las altas temperaturas, y en áreas de montaña despobladas, con mucho terreno en tránsito a bosque.

Además, está la "bomba de relojería" que suponen las zonas de interfaz urbano forestal, en las que se unen bosque y ciudad, sobre todo en la costa Mediterránea y en ciudades como Madrid, y que tampoco se están gestionando adecuadamente.

Tras considerar que la mejor medicina sería cambiar la forma de gestionar el territorio, ha lamentado que haya tanta resistencia a desbrozar o talar un árbol, cuando eso es precisamente lo que necesitan los bosques para estar libres de biomasa que equivale a combustible.

Extraer la biomosa permitiría a España reducir entre un 10 y un 15% las importaciones de gas, pero, lamentablemente, "todo son trabas", porque algunos piensan que eso lleva a la deforestación, cuando en realidad ésta se debe a que se queman los árboles "y a que no hay coraje para reconocer que la causa está en el abandono".

El éxodo rural ha llevado a que haya mucho territorio con una densidad de población inferior a la del Neolítico, según el ingeniero y presidente de la Plataforma Forestal Valenciana, Rafael Delgado, que ha apuntado que sólo en el campo valenciano se han abandonado una media de 9.000 hectáreas agrícolas al año, de las que la mitad aproximadamente se cubren de bosque.

Esto da una idea del incremento que ha habido de los bosques, que no sólo han crecido externamente, sino también internamente, siendo cada vez más densos y, por tanto, con más carga de combustible.

"Los bosques son más densos y extensos que nunca desde el Neolítico en España por efecto de la despoblación" y no se están gestionando de manera adecuada, en muchos de los casos por las trabas que implica llevar actividad a las zonas protegidas. 

Devolver la actividad al campo

Se está confiando la gestión de los incendios a los servicios de extinción, que, aunque los de España están considerados entre los mejores del mundo, se están exponiendo a fuegos que superan en mucho su capacidad, lo que es "una temeridad", ha advertido.

"Si no se cambia la forma de gestionar el territorio, el problema seguirá empeorando", según Delgado, que opina que la mejor manera de prevenir el fuego sería devolver la actividad a las zonas rurales y gestionar los recursos pensando "en los que viven allí y no para los que viven en la ciudad" y van al campo los fines de semana.

"No se está queriendo afrontar esto y seguimos con el disco rayado del ultraproteccionismo. Estamos protegiendo al territorio pero no a las sociedades que viven en él", ha lamentado.

No se trata de que no haya espacios protegidos, sino de protegerlos de otra manera. "Hay que generar economía rural, y con eso no hablo de instalaciones fotovoltaicas y cosas así que se hacen desde las ciudades y que traen impactos negativos, hablo de generar las condiciones para devolver la actividad al campo", ha señalado.

jueves, 7 de julio de 2022

Blablacar rural

 

 
La nueva movilidad no tiene futuro si se plantea solo desde las ciudades. Los pueblos deben, y quieren, sumarse al carro del transporte sostenible porque representan, de hecho, el principal vector de cambio para hacer realidad un modelo verde de transporte: así, el 95% de los desplazamientos dentro de España se realizan en distancias pequeñas y medias.

Esta geografía de la verdadera movilidad en nuestro país exige plantearse una reflexión crítica: ¿cuentan los vecinos de la España rural y los pequeños municipios con las herramientas y capacidad de influencia necesarias para convertirse en agente de cambio en esta transición en el transporte? En Vivaces contamos con la experiencia de éxito de una de nuestras organizaciones impulsoras, Blablacar, que ha decidido apostar por las interconexiones entre municipios pequeños y medianos del ámbito rural como pilar de crecimiento para la compañía en los próximos años. En este sentido, durante 2021 BlaBlaCar ha conectado 248 localidades con menos de 100 habitantes en España y de los casi 8.000 municipios peninsulares españoles, ya se han conectado casi 6.000.

La empresa de movilidad utiliza una tecnología basada en la Inteligencia Artificial para conectar pequeñas localidades. Esta intermediación entre una oferta y una demanda que, de otra manera, no se encontrarían nunca permite complementar el transporte público existente añadiendo mayor facilidad en la conexión punto a punto y más flexibilidad en los horarios. Florent Bannwarth, director de Operaciones de #BlaBlaCar en España y Portugal, destaca que “en nuestro esfuerzo por el desbloqueo de la conexión de pequeñas localidades, la inteligencia artificial nos permite hacer propuestas de conexión a nuestros usuarios de forma que hemos logrado, solo en el último año, conectar el 80% de los municipios españoles”.

Compartir para ser más sostenibles juntos

Para los habitantes del entorno rural, la posibilidad de realizar estos trayectos de Blablacar les permite desbloquear una nueva ruta y una nueva frecuencia de viaje, facilitando sus quehaceres diarios y el desplazamiento entre zonas de una manera más económica y, sobre todo, más sostenible. El uso del coche compartido favorece la reducción de emisiones de gases contaminante. Según datos de la propia compañía, su actividad en España se traduce en un ahorro de 1,6 millones de toneladas de CO2 cada año, lo que viene siendo la contaminación producida por 530.000 coches durante un año.

Otro de los alicientes para recurrir el carpool es la comodidad del servicio que ofrece. Así lo destaca Coral Ramos, que vive en Almodóvar del Pinar, un pueblo de la provincia de Cuenca y con frecuencia tiene usar Blablacar por trabajo. “La verdad es que las conexiones en transporte público no me terminan de venir bien y Blablacar me soluciona ese hándicap. Soy usuario habitual desde hace más de tres años y, me ha cambiado la forma de desplazarme, siendo mucho más cómodo y práctico”, expone.

En este sentido, una encuesta realizada por Blablacar en junio 2021 a 6.500 usuarios, el 95% de los usuarios consideran que el coche compartido puede ser una buena alternativa para completar y mejorar la oferta de opciones de movilidad que conectan las zonas rurales y las
pequeñas poblaciones.





viernes, 1 de julio de 2022

Aprobada la nueva Ley de Desarrollo Rural de Euskadi, que busca posicionar el medio rural en un plano de igualdad respecto al resto del territorio

 


  • La ley considera el desarrollo sostenible del medio rural vasco como un factor fundamental en la cohesión económica, social y territorial del conjunto de Euskadi
  • Refuerza el trabajo comarcal que se lleva a cabo actualmente con las Asociaciones de Desarrollo Rural, con la creación de una nueva Red de Desarrollo Rural y de un nuevo servicio de gestión (Lurralde) en la Fundación HAZI

El Parlamento Vasco ha aprobado con un amplio consenso -con el voto a favor del PNV, PSE, EH-BILDU y Elkarrekin Podemos, la abstención del Grupo Popular Vasco-Ciudadanos y el voto en contra de Vox- la Ley de Desarrollo Rural del País Vasco, elaborada por el Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco, en colaboración con las Diputaciones Forales, y que recoge las aportaciones de los agentes sectoriales implicados.

El consenso logrado hoy es fundamental porque la ley conlleva el trabajo y compromiso de múltiples agentes económicos, sociales e institucionales, tanto de ámbito local, -ayuntamientos y concejos-, como territorial, -las Diputaciones Forales-.

Esta Ley sustituye a la actualmente vigente, que data de 1998, y marca una nueva estrategia de desarrollo rural, al considerar el desarrollo sostenible del medio rural vasco como un factor fundamental en el desarrollo y la cohesión económica, social y territorial del conjunto de Euskadi, avanzando hacia una concepción de desarrollo en línea con la Política de Cohesión Territorial que impulsa la UE.

Así, la nueva ley cuenta con un enfoque “rural proofing” (lente rural), buscando que las distintas políticas que se diseñen, tengan en cuenta su afección en el espacio rural vasco. Para ello se prevé que los planes, programas e iniciativas institucionales que afecten a las zonas rurales, con carácter previo a su aprobación, deberán ser sometidos a informes vinculantes por lo departamentos competentes en materia de desarrollo rural, tanto del Gobierno Vasco como de las Diputaciones Forales.

También contempla la implantación de una nueva gobernanza avanzada que actúe transversalmente en el medio rural, y pretende reforzar el trabajo que realizan actualmente las Asociaciones de Desarrollo Rural (ADR). Las ADRs podrán suscribir un convenio de colaboración plurianual con el Gobierno Vasco y la Diputación Foral correspondiente. Asimismo, se prevé la creación de un nuevo servicio de gestión orientado al desarrollo territorial, dentro de la Fundación HAZI, denominado Lurralde.

La ley también contempla la creación de una nueva Red de Desarrollo Rural, en la que se integrarán cargos institucionales y técnicos de Gobierno Vasco, Diputaciones, EUDEL, ACOA-AKE (Asociación de Concejos de Álava), Cuadrillas, Hazi (Lurralde), Asociaciones de Desarrollo Rural, Grupos de Acción Local, y, en general, todo tipo de organizaciones territoriales y sectoriales de referencia y agentes implicados en el despliegue de los Programas Comarcales de Desarrollo Rural.

El objeto de la ley consiste en posicionar el medio rural vasco como un factor fundamental en el desarrollo y la cohesión económica, social y territorial del país, de manera que se incorpore, en pie de igualdad, al resto del territorio en términos de innovación, modernidad y emprendimiento y, con ello, ayude a lograr una nueva visión, más integrada, de país. Todo ello sin obviar el papel estratégico que la actividad agraria juega en la gestión territorial y medioambiental de Euskadi, además de su papel económico y proveedor de alimentos.

Esta nueva Ley persigue por tanto que el desarrollo sostenible de las zonas rurales contribuya al desarrollo de Euskadi en su conjunto, para que estas zonas sean lugares atractivos donde vivir y emprender, desde una perspectiva de cohesión e igualdad de oportunidades. En la actualidad, se estima que un 8% de la población de Euskadi vive en zonas rurales, porcentaje que viene experimentando un ligero crecimiento en los últimos años. Esta tendencia se ha visto propiciada, recientemente, por la situación ocasionada por la pandemia de covid-19.

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