miércoles, 28 de septiembre de 2022

Relato distópico sobre el futuro de las ciudades

 

Este texto es un encargo de la Oficina de Imaginación Cívica, con la intención de que compartamos algunas reflexiones sobre las vertiginosas transformaciones vividas en la ciudad durante las últimas décadas. Una carta que formará parte de la próxima cápsula del tiempo, destinada a salvaguardar recuerdos y objetos de esta época, que se enterrará en la ceremonia de inauguración del Ecomuseo de la Ciudad, el próximo 28 de noviembre de 2060.

Vlade Shevek y Sarah Connor

 

Somos la generación que vio expandirse y contraerse el mundo urbano. Quienes conocieron el divorcio con el campo y tuvieron que ruralizar la ciudad para alimentarse, quienes derrocharon recursos y energía para terminar aprendiendo a vivir del sol, quienes vieron crecer rascacielos y urbanizaciones e hicieron habitables sus ruinas, quienes entregaron las calles al coche y tuvieron que recuperarlas paso a paso, quienes miraban las luces de neón y volvieron a ver brillar las estrellas.

Queremos aprovechar esta oportunidad para hacer balance y memoria, estableciendo un diálogo con las próximas generaciones que heredarán nuestra ciudad. Una forma de ganarnos su complicidad y de que entiendan cómo disfrutamos y sufrimos, reímos y lloramos, construimos y destruimos el lugar donde habitan.

Declive metropolitano, éxodo y ecourbanismo de emergencia

La década de los años treinta fue turbulenta, pues se agudizó la crisis energética, las crisis ambientales eran recurrentes (sequías y desabastecimientos alimentarios, olas de calor, inundaciones…) y la recesión económica se volvió crónica en las ciudades debido a la hiperespecialización productiva. Hoy suena increíble que llegara a haber metrópolis con decenas de millones de habitantes, cuya vida resultó imposible sostener con economías basadas en los servicios y el turismo. Las iniciativas de relocalización de industrias verdes (renovables, transporte colectivo, electrodomésticos…) y las incipientes políticas agroecológicas urbanas no pudieron paliar la desconexión de la economía con la satisfacción de necesidades básicas.

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Las condiciones de vida se deterioraron y las ciudades se fueron despoblando durante sucesivas oleadas. Las élites se mudaron a los enclaves donde tenían sus refugios, mientras mucha gente se trasladó a los pueblos a revitalizar el mundo rural, preferentemente hacia el norte, donde el cambio climático era menos agresivo. Este éxodo urbano supuso un proceso traumático que puso a prueba la capacidad de resiliencia de las ciudades.

Quienes escribimos esto optamos por quedarnos y formamos parte del movimiento municipalista que revolucionó nuestra ciudad. «El paso corto y la mirada larga» fue el lema que intentó transmitir la voluntad de hacerse cargo de las cuestiones urgentes a la vez que se abordaban transformaciones estratégicas. Fruto de las crisis recurrentes existían unas redes vecinales consolidadas, que fueron capaces de hacerse cargo progresivamente de muchos problemas cotidianos, cooperando con los equipamientos de proximidad, impulsando comedores colectivos, clínicas, espacios de cuidados para la gente mayor y la infancia… En paralelo, el suelo fue municipalizado y se diseñaron los conocidos Planes Ecourbanísticos de Emergencia para adaptarse a la nueva realidad demográfica, climática, energética y económica.

No había forma de sostener en pie el conjunto de la ciudad y muchos fragmentos fueron desurbanizados. El derecho a la vivienda era sencillo de garantizar, pero hubo que reagrupar a la población en determinadas zonas de los barrios, donde se pudiera dar una mixtura de usos (agricultura de proximidad, empleo y equipamientos colectivos) y fuera posible vertebrar diversas centralidades urbanas. Surgieron multitud de cooperativas de vivienda y de iniciativas de Escaleras Vecinales que permitían colectivizar la satisfacción de muchas necesidades en la esfera local. 

Los equipamientos colectivos asumieron una mayor centralidad, al ser las únicas infraestructuras que permitían mantener una calidad de vida urbana mínima y reducir el consumo de recursos y energía. Austeridad individual y lujo colectivo. Tres ideas clave guiaron ese proceso: el avance en los mecanismos de cogestión comunitaria; el desarrollo de dotaciones híbridas capaces de ofrecer multisoluciones, de forma que junto a su función básica desarrollaran otros servicios sociales y ambientales; y, por último, su ambientalización para que reflejasen, en su diseño interior y exterior, una nueva sensibilidad hacia la naturaleza. De ahí surgieron equipamientos que ahora son usuales en cada barrio y que articulan parte de nuestra vida colectiva: escuelas-parque que fomentan la apropiación temprana y el cuidado infantil de las zonas verdes; biblio-cosa-tecas que son a la vez centros comunitarios de acceso a un restringido internet y que permiten el préstamo temporal de objetos de uso puntual (herramientas, utensilios de cocina, material deportivo...); centros de cuidado intergeneracional, en los que se combinan actividades de las antiguas escuelas infantiles y centros de mayores; centros de salud integral en los que se hace ejercicio, se aprende de nutrición y se trabaja con jardines terapéuticos…

Aparte de los olores y los sonidos, o de las instalaciones de aerogeneradores y placas solares que vemos hoy a nuestro alrededor, el paisaje urbano que admiramos se diferencia del que conocimos en cómo la naturaleza se ha interconectado con la ciudad. Parece mentira que hace 40 años viviésemos en una extensión aparentemente ilimitada de urbanización con retazos verdes, y que hace 30 se iniciara un intenso proceso de renaturalización y desurbanización selectiva. Las demoliciones controladas, el uso puntual de maquinaria pesada y la movilización de miles de personas organizadas en brigadas fueron determinantes en los inicios de este proceso hoy consolidado. La campaña «Hormigas contra el hormigón» permitió ganar muchas zonas verdes; un tercio de las calles se desasfaltó y se ajardinó siguiendo los principios de la xerojardinería, de forma que se desartificializaba el suelo y se combatía la isla de calor; los arroyos se desentubaron y se cuidaron las aguas subterráneas; algunos grandes parques vivieron procesos de reasilvestramiento y la biodiversidad urbana aumentó notablemente… Hubo que limitar la iluminación en la vía pública a determinados recorridos y espacios, lo que nos hizo vivir más en armonía con los ciclos naturales y permitió que la fauna diversa encontrara refugio en los entornos renaturalizados. 

Para no olvidar

En estos procesos de desurbanización se desarrolló la costumbre de hacer cápsulas del tiempo, donde se recogía la historia previa del lugar (objetos, mapas, fotos, vídeos, breves biografías...). Un ritual colectivo que ayudaba a pasar el duelo y servía como mecanismo para conectar el pasado y el futuro del territorio. Una cápsula se enterraba y otra copia se guardaba, con la idea de agruparlas en un Ecomuseo de la Ciudad. Algunos fragmentos de la ciudad se abandonaron y se conservaron para mostrar cómo eran algunos barrios en el pasado, incluidos los cementerios de coches. El paso de los años hace que se vayan asalvajando y se conviertan en ruinas de la modernidad que aún conservan la capacidad de desconcertar a quienes acuden en excursiones o visitas organizadas.

Hubo un tiempo en que se urbanizaba sin hacer ciudad, nuestro propósito fue inverso: hacer ciudad desurbanizando. Una forma de devolver complejidad, vitalidad y convivencialidad. Hoy nos parece normal que prácticamente no haya coches y que la movilidad se organice con base en el caminar, en la enorme infraestructura ciclista y en una red de transporte colectivo (buses y metro) que se ve sometida a cierta inestabilidad por los vaivenes energéticos.

Aunque hay quien sigue arraigando entre el asfalto, para mucha gente joven el atractivo de venir a las ciudades es pasar un tiempo limitado en un espacio diferente: más conflictivo, cosmopolita y abierto a la diversidad racial o sexual… La magia urbana sigue funcionando, pero su luz ya no eclipsa al mundo rural, ambos mundos han pasado de darse la espalda a darse la mano.

Dar de comer a las personas y alimentar las alternativas

La agricultura urbana disfrutó de un gran auge en los espacios desurbanizados, dado que uno de los principales problemas era asegurar un abastecimiento suficiente, de calidad y asequible. Quienes veníamos del movimiento agroecológico ya habíamos visto cómo, poco a poco, surgían huertos comunitarios, escolares, sociales y de ocio en las ciudades; parece mentira que recientemente se inaugurara el huerto comunitario número 1000, aprovechando calles desasfaltadas, parkings y otras zonas en desuso.

En aquellos tiempos en que los billetes de avión eran más baratos que los de tren, cuando viajábamos, siempre visitábamos alguna experiencia de agricultura urbana. Llegamos a escribir textos de ficción y a diseñar planes donde las estrategias de agricultura urbana eran un elemento clave en las ciudades, criticamos visiones tecnoentusiastas de granjas verticales y sistemas automatizados… Lo que no pudimos anticipar es que algunas personas que en los años 20 eran reticentes a la instalación de un huerto cerca de sus casas, acabasen años más tarde robando las cosechas y amenazando a quienes los cuidábamos y manteníamos.

Tuvimos que organizarnos para proteger los huertos durante las crisis en las que el desabastecimiento se acentuaba. Las redes de autodefensa feminista y los colectivos juveniles nos echaron una mano en las largas noches de permanencias rotativas. Según la ciudad fue perdiendo población, se crearon nodos y corredores productivos que la atravesaban y se regeneraron los ecosistemas agrarios de proximidad, pero aún había grupos inadaptados que saqueaban las fincas y las granjas de la periferia. Afortunadamente hoy en día estas acciones son muy puntuales y no hay que dedicar mucha energía a proteger los alimentos, aunque sigue habiendo esporádicos ataques animalistas a las granjas.

Resulta emocionante ver cómo se han multiplicado los espacios de cultivo, desde las azoteas y terrazas hasta los anillos de frutales y viñedos que rodean cada barrio… Hemos tenido que desarrollar técnicas para adaptarnos al cambio climático, recogiendo ideas de otras regiones. Cultivamos en sombra como en el Palmeral de Elx y aprovechamos hasta la última gota de las lluvias torrenciales, hemos aprendido de las gavias canarias, los meskat de Túnez y de otros sistemas de cultivo y almacenamiento de aguas utilizados en climas semidesérticos; en buena medida, de personas llegadas como refugiadas climáticas. Plantamos algunas frutas y hortalizas que antes no se daban bien y hemos tenido que despedirnos de otras que ya no soportan las inclemencias de nuestro clima. Hemos ocupado antiguas estaciones de metro para cultivar champiñones y convertido las depuradoras en complejos de innovación, reaprovechando los lodos, los residuos orgánicos que superan la capacidad de gestión barrial y el estiércol de rebaños urbanos. Además de los cultivos organopónicos importados de La Habana, se está ensayando en fitoremediación, enmienda y mejora de suelos, control biológico…

Mediante el esfuerzo puesto en educación e investigación, estas innovaciones van mejorando.  Ahora la alimentación es central en el aprendizaje formal, desde los huertos y las cocinas escolares hasta los campamentos de verano en granjas y fincas rurales. Entre las actividades de aprendizaje y servicio que se ofertan en los institutos y la universidad, el apoyo en las granjas urbanas es de las más demandadas. La FP en Agroecología urbana va por su vigésima promoción, nuestro hijo fue uno de los primeros en cursarla y siempre recuerda cómo una parte del parque histórico más famoso de nuestra ciudad, donde iba a las barcas con sus abuelos, se convirtió en campo de prácticas y sus edificios se destinaron a aulas y talleres.

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Aquí, al igual que en muchas otras ciudades, contamos con mercados sociales alimentarios, de gestión pública o cedidos a empresas de la economía solidaria, que se sitúan en los edificios de los antiguos mercados municipales, en los que también hay cocinas y comedores colectivos. Después de afrontar periodos duros, los ayuntamientos asumieron la alimentación como un servicio público, e instauraron estos espacios, en los que se pueden adquirir alimentos y comer por poco dinero o a cambio de trabajo comunitario. Además, ofrecen asesoramiento nutricional, las anécdotas del cambio de dieta darían para otra cápsula... En estos comedores colectivos se requiere una inscripción semanal, para asegurar la rotación y asistencia de las personas que quieren utilizarlos. Por otra parte, existen supermercados cooperativos en cada barrio con diversidad de modelos y orientaciones: agroecológicos, de dieta mediterránea estricta, vegetarianos, de origen en 50 kilómetros, de origen urbano… También hay comercio privado de proximidad y comercio de alimentos de lujo, que solo pueden permitirse unas pocas personas, o se reservan para ocasiones muy especiales.

En nuestra juventud se pusieron de moda las cervezas artesanas y nuestro barrio contaba con su propia cervecera. Hoy es habitual encontrar sidra y vino de origen urbano, que llevan el nombre de los barrios en los que se producen, dependiendo de si en estos hay viñedos, pomares o campos de cebada. A menudo los gestionan cooperativas locales, como fórmula empresarial que se ha vuelto hegemónica en todos los sectores económicos. Todavía se recuerda como un hito cuando se pusieron en marcha las primeras iniciativas de Industria Sostenida por la Comunidad, que adaptaban el modelo alimentario a algunas fábricas locales.

Reterritorializar la alimentación ha supuesto repensar la logística y el transporte, y crear redes con múltiples nodos locales. En la ciudad tenemos los espacios barriales de transformación y distribución, que se comunican con su centro logístico urbano de referencia. A este llegan los alimentos periurbanos y de zonas rurales, que a su vez se envían desde centros logísticos comarcales. Las instalaciones que sirven para el almacenamiento y la organización del transporte en todas estas escalas (ciudad, comarca, población rural) se combinan con espacios de transformación, en complejos de simbiosis industrial agroalimentaria que, dependiendo de su emplazamiento, cuentan con molinos, almazaras, obradores, envasadoras, centros de reutilización de envases…

Red de redes biorregionales de comercio agroecológico

Los Encuentros Transmediterráneos de Agroecología Urbana, que se celebran cada 5 años, sirven para intercambiar experiencias, comunicar los últimos avances en investigación e innovación, y pensar proyectos conjuntos. La sede de celebración va rotando y es una excusa ideal para viajar algo más lejos de lo que es habitual en estos tiempos. Es uno de los eventos más esperados, tanto por quienes vamos a reencontrarnos con antiguas amistades como por la gente joven que hace su primer viaje internacional. Aprovechamos para visitar proyectos que nos pillan de camino y se va sumando gente a la caravana de asistentes (en bicicleta o en tren). Luego estamos casi un mes en la ciudad que nos acoge, así tenemos tiempo de calidad para los debates, visitas y colaboraciones.

Precisamente de uno de esos encuentros surgió la red de redes biorregionales de comercio agroecológico, que articula los intercambios destinados a completar la disponibilidad de alimentos en las ciudades. Frente a los elevados precios de la cadena privada de suministro, se creó esta red que asegura las condiciones ambientales y laborales justas de producción y distribución, y ha crecido de la mano de otros proyectos como las rutas de ferrocarril y de ferri gestionadas por cooperativas. Ha requerido un trabajo intenso para establecer un sistema de cambio entre las distintas monedas locales.

Ecomuseo de la Ciudad

Las personas construimos las ciudades y luego las ciudades nos construyen, nos condicionan y moldean. Al rebelarnos contra ellas y esforzarnos por continuar cambiándolas, terminan cambiándonos en un proceso sin final. 

Nos enseñaron que la ciudad era obra de afamados arquitectos y alcaldes, que debíamos recordar los grandes nombres y creer en los relatos oficiales; sin embargo, en nuestra experiencia, aprendimos que era una creación anónima y colectiva. El Ecomuseo de la Ciudad recoge ese espíritu. No es tanto un lugar de visita como un espacio donde cultivarse, una herramienta para establecer relaciones con quienes ya no estamos y con lugares que ya no existen, pero sin los cuales no se puede entender donde habitáis.

Nos llena de orgullo compartir estas palabras, alguna más de las que nos han pedido, con las generaciones futuras que os acercáis a conocerlo. Somos las raíces y los frutos son vuestros, somos los cimientos y lo que construyáis será vuestro. Al contemplar la ciudad, haceos cargo de que lo urbano y lo humano son inseparables. Cuidad la ciudad, cuidaos.


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martes, 27 de septiembre de 2022

“La mal llamada España vaciada está llena de recursos y es una oportunidad única para cualquier emprendedor”

 


Desciende de Nava de Roa y Valdezate. Alma mater del Proyecto Arraigo, una iniciativa que nace 2016 cuando su hijo quiere conocer pueblos abandonados en Soria. A partir de aquí, este ingeniero agrónomo toma conciencia de la situación de los pueblos y, a través del Proyecto Arraigo, establece una conexión efectiva entre el urbanita y el medio rural. Ha logrado empadronar a 230 familias en distintos pueblos de la región.

 

El escultor Francisco Marote hizo sin saber a quién iba destinada esta pregunta: ¿Conoces “el puente del amor” de Los Ancares?

Respuesta.- No, no lo conozco. Pronto visitaré los Ancares y lo buscaré.

Pregunta.- ¿Qué es ser un espíritu libre? 

Respuesta.- Personas discretas, tranquilas, que aprecian la vida como tal y que no están contaminadas por la excesiva información…

P.- ¿Cómo se gana la vida?

R.- Con servicios que desarrollo para que la gente mejore su calidad de vida. Me considero un ingeniero social. 

P.- ¿Qué le gustaría ser de mayor?

R.- Un abuelo feliz, con muchos nietos, para descubrir con ellos las emociones de este mundo maravilloso. 

P.- ¿De qué se siente más orgulloso?

R-. De mi familia y de las iniciativas que estoy tomando para solucionar el problema de la repoblación en el mundo rural. 

P.- ¿Tiene algún sueño por cumplir?

R.- Estar vivo conlleva tener sueños y el mío es abrir escuelas en el medio rural.

P.- ¿Qué es el amor?

R.- Servir y ayudar a los demás.

P.- ¿Qué tal se lleva con Dios?

R.- Creo que bien. Tengo mis contradicciones y dudas, pero soy católico y me reconforta que esté cerca.

P.- Dígame un espíritu libre que admire.

R-. Coral, mi mujer.

P.- ¿Qué es Arraigo?

R.- Un proyecto para encontrar solución a las personas de la ciudad que no han tenido suerte o que quieren venirse a vivir a los pueblos y sacar del anonimato y repoblar el mundo rural en Castilla y León. Siendo nosotros el puente que arraiga.

P.- ¿Cuántas familias han incrementado el padrón del medio rural en Castilla y León?

R.- Unas 230 familias de forma directa. Hay que sumar las indirectas.

P.- ¿Quiénes hacen funcionar el Proyecto Arraigo?

R.- Un equipo de 22 personas. Pero los socios fundamentales son los alcaldes, nuestros aliados.

P.- ¿Hay mucho urbanita que quiere ir a vivir a un pueblo?

R.- En nuestra lista hay miles de familias que quieren salir de la ciudad. Tan solo el 30% no cumple los criterios necesarios, porque tienen otras expectativas a la hora de irse al medio rural. Pero los que nos escriben tienen una posición firme de marcharse.

P.- ¿En qué localidades encontramos familias llegadas a través del Proyecto Arraigo?

R.- Dueñas, Paredes de Nava, Cervera, Belorado, Grajera, Sotillo del Rincón… Son muchos los pueblos. 

P.- ¿Esta es la herramienta clave para suavizar el problema despoblacional?

R.- Es una herramienta basada en el sentido común y sale adelante porque tenemos aliados como ayuntamientos, empresas, vecinos… Los recursos pueden llegar y están llegando.

P.- ¿El proyecto lo conocen el presidente de la Junta o el del Gobierno?

R.- El secretario general de Reto Demográfico del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico tiene dos días de visitas continuas en Castilla y León para conocerlo. Ya lo vio en Cuenca. El presidente de la Junta no sé si lo conoce, pero sí que nos ha escrito el consejero Suárez-Quiñones, que lo conoce perfectamente.

P.- ¿Un pueblo de diez vecinos se beneficia del Proyecto Arraigo?

R.- Puede ser más difícil porque no tienen escuela, transporte… Pero sí existen personas que pueden llegar y hacerse cargo de un pequeño negocio, de un servicio agrícola, un servicio particular… Todos los pueblos pueden beneficiarse, pero es necesario trabajar durante meses. Necesitamos tiempo y trabajar con los ayuntamientos para que nos ayuden, fundamentalmente con el gran problema que tenemos: las viviendas.

P.- ¿Cómo le suena lo de “España vaciada”?

R.- Fatal. Es una España llena de recursos, de sentidos, de emociones. Una oportunidad para cualquier emprendedor. Cada vez se hacen más inversiones en el mundo rural. 

P.- Dentro del vasto territorio de Castilla y León, ¿dónde puede ser más productivo el proyecto Arraigo?

R.- En las comarcas. En cabeceras de comarca, pero teniendo en cuenta a los pueblos que las rodean. La cabecera aporta el empleo y otros pueblos aportan viviendas. La figura fundamental es el alcalde y su predisposición a colaborar.  

P.- Déjeme una pregunta para el próximo invitado. 

R.- ¿Qué pueblo pequeño conoce de Castilla y León que esté tomando medidas contra la despoblación?

  

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miércoles, 14 de septiembre de 2022

Jornada La Vivienda Rural: la palanca decisiva para la repoblación (San Esteban de Gormaz, Soria)

 

En esta jornada, que se celebrará el 16 de septiembre, se presentará el Informe-Estudio “La vivienda en el medio rural. Estudio de caso en un espacio rural con muy baja densidad de población". Análisis de la situación en el ámbito de trabajo de la Asociación Tierras Sorianas del Cid y propuestas de actuación” que se ha redactado con la financiación del Proyecto de Cooperación LEADER “Desafío SSPA 2021: Cuenca, Soria y Teruel ante el desafío demográfico y la despoblación” y en el que han participado los Grupos de Acción Local y las organizaciones empresariales de las tres provincias.

El Informe ha sido elaborado por un equipo de profesionales coordinado por las Arquitectas Paz Martín y Rosario Alcantarilla, y en él han participado también un nutrido grupo de actores locales, Ayuntamientos, empresas de construcción, arquitectos, inmobiliarias, técnicos y profesionales, etc. que trabajan en el territorio y que han aportado su visión y su conocimiento de la realidad y, también, propuestas concretas para mejorarla.

La vivienda se ha revelado como una de las piezas clave para avanzar y mejorar la realidad del medio rural, pudiendo actuar además de palanca para la repoblación, el desarrollo económico y el empleo de nuestros pueblos.

Sin vivienda es imposible pensar en fijar o atraer población. Es cierto que la realidad es compleja y cambiante pero nos parece que estamos en un momento muy importante, en el que confluyen muchos elementos que tenemos que ser capaces de aprovechar, la nueva mirada que la pandemia ha devuelto al medio rural, la incorporación de lo rural al debate público y político, los nuevos fondos europeos de recuperación, la convicción de que no va a pasar nada si no somos nosotros mismos los que provoquemos este cambio, etc.

La crisis generada por la COVID 19 ha cambiado la mirada de muchas personas sobre el medio rural, que se ha reivindicado como un espacio más amable para vivir y que ofrece nuevas oportunidades teniendo en cuenta las posibilidades que ha abierto el teletrabajo y la formación a distancia. Pero para que algunas personas decidan dar el salto necesitamos facilitar el acceso a la vivienda, porque la ausencia de un verdadero mercado de vivienda y las dificultades de acceso a la misma son, en muchos casos, un freno a la recuperación demográfica de nuestros pueblos.

Jornada

LA VIVIENDA RURAL La palanca decisiva para la repoblación

Fecha  16/09/2022 (viernes)

Hora    12:00 horas

Lugar   San Esteban de Gormaz. Galería porticada de la Iglesia Románica del Rivero

Programa

12:00 h. Apertura del acto

Francisco Boya Alós, Secretario General para el Reto Demográfico del MITECO

12:15 h. Presentación del Informe “La vivienda en el medio rural. La palanca de la repoblación”

María Luisa Aguilera Sastre, Presidenta de Tierras del Cid

José Edo Gargallo, Presidente de AGUJAMA

Paz Martín Rodríguez y Rosario Alcantarilla Ramos, Arquitectas responsables del Informe

12:45 h. Políticas para la vivienda rural por parte de las Administraciones Regionales

María Pardo Álvarez, Directora General de Vivienda, Arquitectura, Ordenación del Territorio y Urbanismo de la Junta de Castilla y León

Verónica Villagrasa Dolsa, Directora General de Vivienda y Rehabilitación del Gobierno de Aragón

Jesús Alique López, Comisionado para el Reto Demográfico de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha

13:15 h. Presentación de proyectos piloto en el territorio

Javier Martín Olmos, Gerente de Tierras del Cid

Pablo Alonso Talón, Geógrafo y colaborador del Informe

13:30 h. Debate abierto/turno de preguntas

José A. Herce San Miguel, Economista y colaborador del Informe

14:00 h. Vino aperitivo en el Lagar de San Miguel

 

La Jornada se va a celebrar en un espacio singular, la galería porticada de la Iglesia Románica de Nuestra Señora del Rivero, desde donde queremos abordar uno de los temas cruciales para el futuro de nuestro medio rural.

La Jornada se va a poder seguir online a través del canal de YouTube de Tierras del Cid en el enlace que se colgará oportunamente en la página de internet de la Asociación.

Las inscripciones hasta completar el aforo de la galería porticada se pueden realizar el siguiente enlace.

Descargar el programa

 

 


 

La Granja pide el doble empadronamiento

 

La avalancha del verano obliga a muchos municipios a redoblar esfuerzos en la prestación de servicios 

Los pueblos segovianos vuelven estos días a la normalidad tras un verano en el que han vuelto a ver su población multiplicada hasta por cinco, con todo el esfuerzo que eso conlleva, especialmente en el campo de la prestación de servicios públicos. El Espinar, con unos 10.000 vecinos empadronados, supera en julio y agosto los 30.000 habitantes, y en el Real Sitio de San Ildefonso, con 5.000 vecinos, alcanzan los 15.000. Son los dos pueblos con más volumen de población, pero algo parecido ocurre en Riaza o Sepúlveda, que multiplican por cinco sus vecinos durante los meses estivales.

La cuestión puede parecer positiva a simple vista, pero conlleva un problema de fondo que los municipios afrontan como buenamente pueden: la prestación de los servicios. Preparados para atender a la población empadronada, tienen serias dificultades para llegar a todo cuando se produce la avalancha, aunque, como señala el alcalde de El Espinar, Javier Figueredo (PP), «estamos muy acostumbrados a redoblar esfuerzos».

Su homólogo del Real Sitio de San Ildefonso, Samuel Alonso (PSOE), cree que ha llegado al momento de que los municipios se unan para proponer a las instituciones la opción del doble empadronamiento, «o similar», a fin de poder prestar los servicios necesarios con un mínimo de garantías: «El verano ha sido realmente bueno, pero, en el plano reivindicativo, quizá haya llegado el momento de plantear la posibilidad de que municipios tan singulares como el nuestro, que acogen una población flotante superior a la empadronada durante cuatro, cinco o seis meses, tuvieran la posibilidad del doble empadronamiento». Cuando acaba el verano, siempre queda la sensación de que no se da abasto: «Los servicios públicos están medidos en función de los vecinos empadronados que tienes, y esto no tiene nada que ver con la realidad que se soporta durante muchos meses del año», explica Alonso.

Atención sanitaria

La Granja posee unas características especiales que no se dan en Riaza o Sepúlveda, pues alberga población flotante, de segunda residencia, más allá de los meses estivales. Esta circunstancia carga sobremanera los servicios, no solo municipales: «Se nota mucho, tanto en los servicios de nuestra competencia como en los que no lo son, como los servicios médicos, que están en función de las tarjetas sanitarias censadas. En un municipio de 5.200 tarjetas sanitarias como el nuestro, cuando hay viviendo 15.000 personas, lo que se produce durante cuatro, cinco o seis meses al año, los servicios se quedan cortos. Y lo mismo ocurre con el abastecimiento de agua y la recogida de basuras y enseres. Todo sería muy distinto si el Ayuntamiento contara con los ingresos extraordinarios procedentes de esas personas que casi pasan más tiempo en el pueblo que en el lugar donde están empadronadas».

La fórmula está por estudiar, en palabras del regidor granjeño: «Debemos ser los municipios los que, de una manera organizada, empecemos a exponer la situación y pedir medidas. La Federación Regional de Municipios y Provincias y la Nacional son el ámbito adecuado. La cuestión debe trascender a las instituciones hasta que se alcance un acuerdo nacional que haga posible que esos vecinos contribuyan de algún modo con el municipio donde pasan gran parte del año».

En La Granja, como en otros pueblos, la sequía está marcando el verano. Precisamente, el alcalde dictó ayer un bando –el tercero desde junio– para restringir al máximo el riego en cualquier tipo de jardín, público o privado. «Solo se podrá regar los jueves por la noche. Se trata de que no se pierdan las zonas verdes. Es el último paso antes de llegar a las restricciones en el consumo de agua en hogares por franjas horarias. Hay previsión de lluvias. Esperemos que sean suficientes para que El Mar se vaya recargando, porque está al límite, muy comprometido», advierte Samuel Alonso con preocupación.

En El Espinar, el exceso de población se deja sentir en campos tan sensibles como el de la seguridad. La plantilla de la Policía Local se queda muy corta para atender las necesidades de un municipio con más de 30.000 vecinos. «Tenemos una plantilla de 21 efectivos, pero hay cinco vacantes. Con 16 agentes es muy difícil completar turnos de siete, así que tenemos que ir recortando personal de todos los turnos o ir doblando turnos con refuerzos, con horas extras. Es muy complicado. De ahí que hayamos generado cinco plazas interinas que a su vez darán lugar a una bolsa de trabajo. En Segovia capital hay una plantilla de Policía Local con más de cien agentes. Más de cien agentes para 50.000 habitantes que en verano seguramente sean menos, porque en la ciudad disminuye la población. Nosotros, en verano, tenemos 15 policías para una población de más de 30.000 habitantes. El ejemplo habla por sí solo», dice el alcalde, Javier Figueredo.

 

 El Pregonero Digital de Sepúlveda 




lunes, 12 de septiembre de 2022

Madrid acelera su política de discriminación fiscal impulsando la atracción de población y talento

 
Isabel Díaz Ayuso ha desplegado este lunes un nuevo paquete de medidas en materia fiscal. A la anunciada deflactación del IRPF en todos los tramos, que se adelanta al año que viene, se suma un plan de 'tarifa cero' para autónomos y una rebaja en el impuesto de sucesiones y donaciones entre hermanos, tíos y sobrinos.
 
 
 
 

miércoles, 7 de septiembre de 2022

José María, el primer concejal de Repoblación de España

 

José María es, desde hace 3 años, el primer concejal de Repoblación e Integración de España. Desde el Ayuntamiento de Belorado (Burgos) y, en colaboración con distintas entidades, está desarrollando distintas políticas dirigidas a la fijación de población y la creación de oportunidades en la localidad.

Hablamos con él y nos explica las distintas acciones que está llevando a cabo el municipio y la importancia de los grupos de voluntarios que colaboran en la integración de los nuevos vecinos.

Escuchar entrevista



viernes, 2 de septiembre de 2022

La España Vaciada saldrá a la calle en octubre para denunciar los incumplimientos de Sánchez

 

Teruel Existe se queja de que el Gobierno solo ha ejecutado el 36% del acuerdo de investidura y que no ha aplicado ninguna de las 101 medidas que presentarom.

 

 La España Vaciada saldrá a la calle en octubre para denunciar los incumplimientos de Sánchez


La España Vaciada es también la España cabreada. La plataforma territorial, convertida en partido político, aprovechará la manifestación que convoca cada octubre desde 2019 para denunciar los incumplimientos de Pedro Sánchez. No descartan volver a la calle si el presidente continúa infringiendo sus compromisos con las zonas despobladas. Teruel Existe se queja de que el Gobierno solo ha ejecutado el 36% del acuerdo de investidura. El portavoz de la organización, Antonio Saz, lamenta que no se haya aplicado ninguna de las 101 medidas que presentaron hace dos años.

El anuncio de España Vaciada se une a la advertencia que lanzaron los sindicatos mayoritarios a principios de junio. Los responsables de Comisiones Obreras y UGT informaron de que tenían la intención de alentar protestas en las calles si los salarios no se equilibraban con la inflación, que supera el 10%. A Sánchez se le presenta un otoño caliente. Los miembros de la plataforma territorial aseguran a THE OBJECTIVE que no les queda otro remedio que mostrar su descontento.

El Gobierno sigue sin cumplir la mayoría de sus compromisos con la despoblación. Entre ellos, el acuerdo de investidura, que facilitó el apoyo de Teruel Existe a Sánchez. El gesto le costó una buena ristra de amenazas al único diputado de la formación, Tomás Guitarte. Con su apoyo arrancó la promesa de un pacto de Estado para la repoblación, infraestructuras y un ministerio específico, el de Transición Ecológica y el Reto Demográfico. España Vaciada reprocha que, a 15 meses de las generales, el Ejecutivo solo ha ejecutado el 36% del acuerdo.
 
Las ayudas de Sánchez

No es la única queja. Tampoco se ha puesto en marcha el tren directo entre Madrid y Teruel ni las ayudas económicas para las zonas despobladas, a pesar de que el 14 de julio el Congreso aprobó exigir al Gobierno su «aplicación inmediata». Se trata de bonificaciones del 20% de los costes laborales para que las empresas puedan contratar trabajadores en las provincias de Teruel, Soria y Cuenca, que cuentan con una densidad de población inferior a los 12,5 habitantes por kilómetro cuadrados.

La medida tiene está autorizada por la Comisión Europea desde abril del año pasado y consignada en los presupuestos de 2022, pero el Gobierno aún no la ha implementado. Ahora debe negociar las próximas cuentas entre la desconfianza de sus socios. «Pensamos que lo hacen intencionadamente. Saben que si estas ayudas no llegan, vuelven a la Administración», señala Saz. La plataforma pone su desarrollo como condición para apoyar los próximos presupuestos. «Ya no nos van a engañar más. Por eso intensificamos la movilización».

La protesta tendrá lugar el primer fin de semana de octubre, coincidiendo con la marcha que realizan en esa fecha desde 2019 bajo el lema Yo paro por mi pueblo. «No es una cuestión de izquierda o de derecha, sino de si hay o no hay. Luchamos para que haya sanidad, seguridad o conectividad. O la gente pelea por sus pueblos o morirán», sentencia Saz. Otro de los temas que le preocupan es la descentralización de organismos públicos anunciada por Sánchez hace un año en Ponferrada.

La mayoría de esos entes son de nueva creación. Teruel Existe demanda la futura Agencia Espacial Española. La provincia parte como favorita para hacerse con su sede. El Gobierno la anunciara antes de que finalice el año. El presidente del Gobierno ya informó que Soria albergaría el Centro Nacional de Fotografía, Segovia sería la sede del Centro de Innovación y Tecnificación de Alto Rendimiento de la Formación Profesional y Cuenca, la del Museo Postal y Telegráfico de Correos.
El reto demográfico

«La situación es cada día más grave. Los incendios de este verano han dejado patente el abandono de las zonas despobladas. Se van personas, bancos y dejamos de contar con servicios. Es un cumulo de cosas», lamenta Saz. El Gobierno puso en marcha en esta legislatura la secretaría general para el Reto Demográfico, que dirige Francesc Boya y depende del Ministerio de Transición Ecológica. El portavoz de España Vaciada asegura que no ha servido para nada. «Las medidas se diseñan en Madrid y no tienen implantación en los territorios. No son reales. Hay mucha distancia entre los despachos y la España rural».

Preparar las elecciones

El portavoz de España Vaciada explica que ningún municipio y pocas empresas del mundo rural tienen capacidad para solicitar proyectos y ejecutarlos. «Es un dinero que vuelve a la Administración». Para contrarrestarlo, pide que se cree una Agencia contra la Despoblación. Con ella, esos territorios podrían resolver sus problemas burocráticos. «Es algo que ya se hace en países del norte de Europa como Finlandia, pero también en Francia e Italia. Para eso tiene que existir intención».

Saz no pierde de vista los procesos electorales del próximo año. Explica que España Vaciada se ha constituido como partido político. Soria ¡Ya! ya fue de esa guisa a las elecciones autonómicas de Castilla y León en febrero. Aquella experiencia les ayudó mucho para desarrollar el modelo. El 17 de septiembre celebran la IV Asamblea Nacional y en octubre el primer Congreso Nacional, que abordará la hoja de ruta a seguir en las elecciones municipales y generales.

La intención es estar presente en todos los territorios del país. En su web explican que, actualmente, España Vaciada está conformada por 170 plataformas y cuentan con representantes en 25 provincias. Están en conversaciones con grupos de Galicia, Extremadura o Castilla-La Mancha. En Madrid tienen una delegación desde abril. Incluso hay acercamientos con alcaldes de PP y PSOE que entienden que «sus partidos no resuelven los problemas del mundo rural».


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