Hace unos día escuchábamos a Iñaki Gabilondo hablar de lo que sucede en ciudades como París, donde el 17% está saliendo de la ciudad a zonas rurales, hacia sus lugares de origen. Habla de un “éxodo mundial inédito”, imaginamos ante el miedo y desconcierto de una pandemia que trunca vidas y sueños de personas que pensaron que la ciudad les ofrecería la prosperidad deseada.
Este es el nuevo escenario, una situación en el que una economía debilitada y gobiernos con una deuda que aumenta día tras día, genera el efecto contrario de los años 70, donde miles de personas se vieron atraídas por las fabricas de la ciudad para cubrir los miles de puesto de trabajo en la industrialización de estas ciudades que durante años no dejaron de crecer en número de habitantes, es lo que conocemos como éxodo rural.
Evidentemente no estamos ante la misma situación (a la inversa), ni mucho menos, pero nos permitimos la reflexión en este momento donde el vaso ha rebosado. En las ciudades hay grandes desigualdades sociales que previsiblemente se ensancharán y se harán más visibles por la pandemia. Por eso, durante estos días publicábamos el post “Este virus da una nueva oportunidad a la España vacía”.
Como siempre, pareciese que el mundo rural siempre está ahí cuando lo necesitamos y ahora no será una excepción. Por eso, ¿Qué preparación debería de tener el mundo rural ante el post-coronavirus?
- Espacios de coworking y coliving habilitados con internet de alta velocidad para nuevos pobladores que les permitan teletrabajar.
- Mejora sustancial de todos los servicios públicos (centro sanitario, colegios, actividades de ocio, etc.) ante la nueva demanda.
- Creación de una red eficaz entre tiendas y agricultores/ganaderos para impulsar el consumo local.
- Programa formativo intensivo dirigido a emprendedores de comercio electrónico que ayude a la venta de productos/servicios online.
- Facilitar el acceso y conocimiento a las herramientas digitales librando así la padecida brecha digital.
- Escuela de negocios locales para mantener la reactivación producida durante estos meses (en el comercio minorista) y la reinvención de otras actividades profesionales que han sido paralizadas.
- Modernización y transferencia tecnológica de actividades económicas en entorno rural con ayuda de microcréditos.
- Mejorar la red de transportes comarcal o mejor dicho: Crear una red de transporte entre pueblos. En la mayoría de comarcas no existe.
- Decrecimiento turístico de la economía rural hacia un modelo más sostenible y sano en aquellos pueblos masificados.
- Oferta de vivienda organizada, asequible y con calidades mínimas. En la mayoría de casos los Ayuntamientos desconocen la oferta.
Seguro que se te ocurren muchas más propuestas e iniciativas que faciliten la vida en un escenario post-coronavirus, mucho más en contacto con la naturaleza, la salud y los tuyos. Ojalá estas previsiones equilibren la pérdida de población de nuestros pueblos de forma sana y respetuosa con los autóctonos, y vivamos una nueva oportunidad para un planeta más equilibrado.
Publicación Original en AlmaNatura
No hay comentarios:
Publicar un comentario