“Para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos se debe reducir la distancia de acceso a las seis funciones sociales urbanas clave que son: habitar, trabajar, aprovisionarse, cuidarse, aprender, descansar” (Carlos Moreno)
Un nuevo enfoque se impone: repensar el modelo de desarrollo rural desde el acceso de proximidad a esas seis funciones sociales clave, generando las “Comarcas 20-20” revitalizando los servicios de corta distancia en un radio de 20 minutos o 20 kilómetros.
Ya nadie duda que el desarrollo rural y la lucha contra la despoblación, necesitan de un cambio de enfoque y de modelo de actuación respecto de lo que se ha venido haciendo hasta ahora. En otras entradas de este blog hemos hablado de ello, y hemos propuesto la necesidad de abrir el foco, contemplando el desarrollo rural y la lucha contra la despoblación con una amplitud de miras que vaya mucho más allá de su simple reducción a tratar de vendar las heridas por las que sangra el territorio y se genera despoblación: falta de infraestructuras de transporte y conectividad, carencia de servicios básicos, falta de oportunidades laborales, etc. Necesitamos paliar los síntomas atacando las causas profundas, lo demás no serán más que parches.
Para dar respuesta a los retos que afronta el medio rural no basta con implementar una suma de buenas prácticas o casos de éxito de otros territorios. Es necesario generar previamente un contexto diferente, unos ecosistemas innovadores anclados en la identidad, las necesidades, los recursos y las oportunidades específicas de un territorio. Ecosistemas innovadores en los que la financiación pública necesaria para cubrir las carencias de servicios locales sea a su vez motor de desarrollo generando espacios de emprendimiento asociados a esas actuaciones, que impulsen el empleo local y atraigan talento a los territorios en forma de nuevos casos de éxito. Ecosistemas innovadores que hagan de la imprescindible transición ecológica y los Objetivos de Desarrollo Sostenible un motor de desarrollo y de cambio de modelo.
Cambio de enfoque. Cambio de modelo. Cambio en la forma de mirar, nueva visión. Es aquí donde entra París, la gran ciudad europea, como espejo en el que mirar el medio rural.
París afronta las próximas elecciones municipales con una propuesta disruptiva de su actual alcaldesa, Anne Hidalgo: convertir la gran ciudad en la Ciudad de los 15 minutos. Lo explica su principal asesor y autor de la propuesta, el urbanista Carlos Moreno:
“Se trata de operar una transformación del espacio urbano (…) Para mejorar la calidad de vida se debe reducir la distancia de acceso a las seis funciones sociales urbanas clave que son: habitar, trabajar, aprovisionarse, cuidarse, aprender, descansar (…) La proposición está basada esencialmente en la revitalización de los servicios de cortas distancias, 15 minutos en movilidad activa (a pie o en bici), basada en cuatro criterios: redescubrir todos los recursos de proximidad, utilizar el espacio más y mejor, dar múltiples usos a cada lugar y hacer del espacio público lugares de encuentro, de vida.”
En el origen de la propuesta, un cambio de enfoque esencial: Es hora de no avanzar más hacia la planificación urbana, sino hacia la planificación de la vida urbana.
Se trata de repensar el desarrollo rural desde la vida en el medio rural. Es obvio que las expectativas de servicios del habitante del medio rural son diferentes a las del medio urbano, pero la calidad de vida de unos y otros pasa por reducir la distancia de acceso a las seis funciones sociales urbanas clave: habitar, trabajar, aprovisionarse, cuidarse, aprender, descansar. Es decir reducir la distancia entre vivienda, trabajo, comercio, atención socio-sanitaria, formación y ocio.
No parece que el proyecto de Ciudad de los 15 minutos contemple que haya un Palacio de la Ópera o un estadio de fútbol en ese radio de acción, ni un hospital o un cine o teatro o una universidad. No se trata de tenerlo todo al alcance de la mano, sino tener lo más cerca posible aquello que satisface suficientemente las funciones sociales básicas. Lo importante es el concepto, por eso proponemos repensar el modelo de desarrollo rural desde el acceso de proximidad a esas seis funciones sociales clave, generando las “Comarcas 20-20” revitalizando los servicios de corta distancia en un radio de 20 minutos o 20 kilómetros.
La proximidad de cada uno de esos seis servicios básicos (vivienda, trabajo, comercio, atención socio-sanitaria, formación y ocio) se convierten en parámetros para medir el riesgo de despoblación y al mismo tiempo en criterio para determinar las prioridades de actuación, pudiendo hacer mapas de riesgo y prioridad, que nos permitan visualizar el territorio de una manera diferente, mucho más cercana que la que nos transmiten los fríos datos estadísticos, demográficos y económicos.
En esta nueva visión, redescubrir todos los recursos de proximidad es imprescindible y en especial aquellos públicos. La ubicación y el uso de las infraestructuras administrativas, educativas, sanitarias, se convierten en elementos clave de ese modelo, tanto en la Ciudad de los 15 minutos, como en la propuesta de Comarcas 20-20, dando múltiples usos a cada lugar:
“La escuela pública, un elemento estructurante de la República francesa, será la capital del barrio, como vector de transformación. Abrir las escuelas los fines de semana para transformar su uso, la creación de kioscos ciudadanos de proximidad como referentes de la presencia municipal, los escenarios artísticos, que pueden ser fijos o móviles para integrar la cultura urbana de proximidad, abrir la alcaldía con salas abiertas como lugar de estudio y encuentro, complementarias de los horarios de bibliotecas, el acompañamiento a las personas de tercera y cuarta edad para mejorar sus condiciones de vida, los centros Social Sport Club mezclando vida social y deportiva, el apoyo a los comercios de barrio…”
Una nueva visión, un nuevo enfoque que abre espacios de creatividad e innovación para las nuevas estrategias de desarrollo del medio rural y de lucha contra la despoblación.
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