“Los ecosistemas naturales de la España rural, como bosques, pastos o humedales, pueden convertirse, si los protegemos, en nuestros grandes aliados como sumideros de CO2... Sin los ecosistemas naturales nos quedamos sin comida y sin salud ambiental”, sostiene el documento, que ha recopilado información sobre el uso que hacen del territorio los algo más de 8.100 municipios, tanto grandes como pequeños, que componen la geografía española.
Greenpeace reclama una estrategia nacional contra la despoblación rural más ambiciosa que los actuales planes y programas de desarrollo –muy dependientes de los fondos europeos de la PAC–, que hasta el momento han demostrado poca eficacia y unos niveles de ejecución muy bajos. Entre otras recomendaciones, la organización ecologista propone la creación de una ley estatal que sitúe la crisis climática como eje central en el desarrollo de políticas, medidas para la transición ecológica en el sector primario o fomentar el consumo de productos locales a través de campañas o pliegos de contratación pública.
Junto a esto, el documento también menciona medidas específicas destinadas a la repoblación, entre las que se incluyen la prestación de servicios públicos en zonas rurales, la reducción de desigualdades –de acceso, de género o digitales– o mejoras en la movilidad.