La avalancha del verano obliga a muchos municipios a redoblar esfuerzos en la prestación de servicios
Los pueblos segovianos vuelven estos días a la normalidad tras un verano en el que han vuelto a ver su población multiplicada hasta por cinco, con todo el esfuerzo que eso conlleva, especialmente en el campo de la prestación de servicios públicos. El Espinar, con unos 10.000 vecinos empadronados, supera en julio y agosto los 30.000 habitantes, y en el Real Sitio de San Ildefonso, con 5.000 vecinos, alcanzan los 15.000. Son los dos pueblos con más volumen de población, pero algo parecido ocurre en Riaza o Sepúlveda, que multiplican por cinco sus vecinos durante los meses estivales.
La cuestión puede parecer positiva a simple vista, pero conlleva un problema de fondo que los municipios afrontan como buenamente pueden: la prestación de los servicios. Preparados para atender a la población empadronada, tienen serias dificultades para llegar a todo cuando se produce la avalancha, aunque, como señala el alcalde de El Espinar, Javier Figueredo (PP), «estamos muy acostumbrados a redoblar esfuerzos».
Su homólogo del Real Sitio de San Ildefonso, Samuel Alonso (PSOE), cree que ha llegado al momento de que los municipios se unan para proponer a las instituciones la opción del doble empadronamiento, «o similar», a fin de poder prestar los servicios necesarios con un mínimo de garantías: «El verano ha sido realmente bueno, pero, en el plano reivindicativo, quizá haya llegado el momento de plantear la posibilidad de que municipios tan singulares como el nuestro, que acogen una población flotante superior a la empadronada durante cuatro, cinco o seis meses, tuvieran la posibilidad del doble empadronamiento». Cuando acaba el verano, siempre queda la sensación de que no se da abasto: «Los servicios públicos están medidos en función de los vecinos empadronados que tienes, y esto no tiene nada que ver con la realidad que se soporta durante muchos meses del año», explica Alonso.
Atención sanitaria
La Granja posee unas características especiales que no se dan en Riaza o Sepúlveda, pues alberga población flotante, de segunda residencia, más allá de los meses estivales. Esta circunstancia carga sobremanera los servicios, no solo municipales: «Se nota mucho, tanto en los servicios de nuestra competencia como en los que no lo son, como los servicios médicos, que están en función de las tarjetas sanitarias censadas. En un municipio de 5.200 tarjetas sanitarias como el nuestro, cuando hay viviendo 15.000 personas, lo que se produce durante cuatro, cinco o seis meses al año, los servicios se quedan cortos. Y lo mismo ocurre con el abastecimiento de agua y la recogida de basuras y enseres. Todo sería muy distinto si el Ayuntamiento contara con los ingresos extraordinarios procedentes de esas personas que casi pasan más tiempo en el pueblo que en el lugar donde están empadronadas».
La fórmula está por estudiar, en palabras del regidor granjeño: «Debemos ser los municipios los que, de una manera organizada, empecemos a exponer la situación y pedir medidas. La Federación Regional de Municipios y Provincias y la Nacional son el ámbito adecuado. La cuestión debe trascender a las instituciones hasta que se alcance un acuerdo nacional que haga posible que esos vecinos contribuyan de algún modo con el municipio donde pasan gran parte del año».
En La Granja, como en otros pueblos, la sequía está marcando el verano. Precisamente, el alcalde dictó ayer un bando –el tercero desde junio– para restringir al máximo el riego en cualquier tipo de jardín, público o privado. «Solo se podrá regar los jueves por la noche. Se trata de que no se pierdan las zonas verdes. Es el último paso antes de llegar a las restricciones en el consumo de agua en hogares por franjas horarias. Hay previsión de lluvias. Esperemos que sean suficientes para que El Mar se vaya recargando, porque está al límite, muy comprometido», advierte Samuel Alonso con preocupación.
En El Espinar, el exceso de población se deja sentir en campos tan sensibles como el de la seguridad. La plantilla de la Policía Local se queda muy corta para atender las necesidades de un municipio con más de 30.000 vecinos. «Tenemos una plantilla de 21 efectivos, pero hay cinco vacantes. Con 16 agentes es muy difícil completar turnos de siete, así que tenemos que ir recortando personal de todos los turnos o ir doblando turnos con refuerzos, con horas extras. Es muy complicado. De ahí que hayamos generado cinco plazas interinas que a su vez darán lugar a una bolsa de trabajo. En Segovia capital hay una plantilla de Policía Local con más de cien agentes. Más de cien agentes para 50.000 habitantes que en verano seguramente sean menos, porque en la ciudad disminuye la población. Nosotros, en verano, tenemos 15 policías para una población de más de 30.000 habitantes. El ejemplo habla por sí solo», dice el alcalde, Javier Figueredo.
El Pregonero Digital de Sepúlveda
No tiene ningún sentido estar empadronado en un pueblo de Segovia pudiendo empadronarse en Madrid con mejor fiscalidad y servicios. Por ello, algunos hemos propuesto que se permita un doble empadronamiento ya que en el caso de casi todos los pueblos de Segovia hay muchas personas que pasan largas temporadas en él pero también en la capital.
ResponderEliminarEl doble empadronamiento podría ayudar a los pueblos de forma importante para tener más recursos y servicios.