domingo, 24 de agosto de 2025

Éxodo rural, incendios forestales y soluciones para un futuro sostenible ante el cambio climático




El éxodo rural está transformando los paisajes del Mediterráneo, y con ello, aumentando la vulnerabilidad de nuestros bosques a los incendios forestales. Según un artículo de El Confidencial, el abandono de las zonas rurales, sumado al cambio climático, crea un cóctel peligroso: tierras desatendidas que se convierten en combustible para incendios devastadores. En 2025, España ha visto arder 373.000 hectáreas, mientras que en Francia e Italia los incendios han arrasado miles de hectáreas en cuestión de horas. Pero, ¿Cómo podemos revertir esta tendencia y construir un futuro sostenible?

El experto Johann Goldammer, director del Centro Mundial de Monitoreo de Incendios, señala que centrarse solo en apagar fuegos es una estrategia cortoplacista. La clave está en diseñar paisajes menos inflamables. Aquí entra en juego la agroforestería: combinar agricultura, pastoreo y bosques para reducir el material combustible. Las cabras y ovejas, por ejemplo, pueden mantener a raya la vegetación seca, mientras que cultivos estratégicos disminuyen la densidad de bosques propensos al fuego.

Además, el abandono rural deja tierras en barbecho que la naturaleza reclama, acumulando madera seca que alimenta los incendios. Para contrarrestar esto, Goldammer propone un "bosque del futuro" adaptado al clima seco del norte de África, con especies menos inflamables y una gestión activa del territorio. Iniciativas como la renaturalización (rewilding), que introduce herbívoros para controlar la vegetación, o la sustitución de pinos por especies autóctonas como alcornoques y encinas, ya están en marcha en países como Portugal y Bulgaria. 

Soluciones contra la despoblación para un futuro sostenible 

La despoblación rural no solo agrava los incendios, sino que debilita la resiliencia de las comunidades frente al cambio climático. Algunas estrategias para revertirla incluyen:
  • Incentivar la vuelta al campo: Políticas que apoyen la agricultura ecológica y el pastoreo, ofreciendo incentivos económicos y formación para jóvenes.
  • Planificación territorial: Crear cortafuegos, puntos de agua y accesos para bomberos, junto con regulaciones que limiten construcciones en zonas de alto riesgo.
  • Renaturalización y agroforestería: Proyectos que combinen biodiversidad con actividad humana, como el ‘Cinturón Verde’ en Bulgaria, que reemplaza coníferas inflamables por especies más resistentes.
  • Cultura del riesgo: Educar a las comunidades sobre la prevención de incendios, promoviendo prácticas como el desbroce obligatorio cerca de viviendas.
Un futuro sostenible requiere que las tierras rurales vuelvan a ser espacios vivos, trabajados y gestionados con inteligencia. Combatir la despoblación no solo protege nuestros bosques, sino que fortalece la economía local y nuestra capacidad de adaptación al nuevo entorno climático. 





3 comentarios:

  1. Tres de cada cuatro hectáreas de monte quemado en los últimos incendios pertenece a una administración pública, siendo los ayuntamientos y entidades locales los responsables de su gestión. La gobernanza actual de los pueblos no funciona. Antes las comunidades se encargaban de la gestión del territorio, como sucedía con la organización concejil y los comunales. Cada pueblo es distinto y debe ser gestionado desde abajo por los vecinos que conocen cada rincón, cada fuente, cada prado o cada monte. El fracaso del modelo actual cada día es más visible y doloroso.

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    1. Desde luego, lo primero que debe de existir son vecinos...

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  2. En la comarca soriana de Tierra de Pinares, hace más de 20 años que no se produce un gran incendio forestal.

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